La subida del Salario Mínimo Interprofesional a 900 €, producto de un pacto entre el líder de Podemos y el presidente Pedro Sánchez, supondrá a la larga un golpe de efecto positivo en la economía de personas en situación de precariedad o pobreza.
La equidad entre las bajas de mternidad y paternidad, o la regulación del precio del alquiler en zonas de inestabilidad, son otros de los avances expuestos en el recién nacido acuerdo presupuestario de cincuenta páginas firmado por el Gobierno y Unidos Podemos.
Si establecemos una comparativa con el Salario Mínimo Interprofesional de otros países de Europa, especialmente con nuestros vecinos, 900 € suponen un avance, pero no la culminación de lo que sería ideal. Alemania y Francia presentan un mínimo salarial de 1.498 €, y Reino Unido uno de 1.297 €. Solo Portugal, con un SMI de 676,6 €, se sitúa actualmente por debajo de nosotros.
La subida ayudará a muchas familias y personas en situaciones complicadas y con poder adquisitivo bajo, pero no es suficiente para afrontar los gastos de un alquiler elevado o de una hipoteca, y sigue siendo necesaria la ayuda extra de prestamistas.
Cabe mencionar que la propuesta inicial de Unidos Podemos era subir el Salario Mínimo Interprofesional a 1.000 euros a partir de enero. En estos momentos, el Gobierno del PSOE lo considera inviable. En cualquier caso, la subida, partiendo de los 737 € establecidos hasta la fecha, es de 163 €, una cantidad que supone un desahogo para muchas personas, sobre todo combinado con la ya mencionada solicitud de créditos rápidos online.
Muchos profesionales del sector empresarial, especialmente dueños de microempresas o pymes, han mostrado su preocupación ante la consecuente disminución drástica de los beneficios y una posible bancarrota.
No obstante, las voces más sensatas han rebatido expresando lo evidente: ninguna empresa ha de crecer extrayendo beneficios del valor de la fuerza de trabajo de sus trabajadores. Hay que luchar para que las empresas recién nacidas dispongan de ayudas económicas para su crecimiento sin que él dependa de la mala calidad de vida de los empleados.